Para nadie es un secreto que el servicio al cliente es una de las más poderosas herramientas para cualquier tipo de negocio, sin importar qué tipo de producto comercialices o si lo haces de forma presencial o a través de la internet.

Sin embargo, el servicio al cliente nos puede jugar en contra si no entendemos su importancia, y si no atendemos las necesidades de nuestros clientes de forma asertiva y con muy buen trato hacia ellos.

El servicio al cliente no es más que una comunicación amigable y respetuosa con nuestros clientes, llevándolos a sentirse a gusto con nuestra marca y producto, lo que sin duda hará que estemos en el voz a voz de las personas. Es importante también aprender a diferenciar el tono y tipo de mensaje que deseamos entregar, para ser más precisos; es saber cómo y qué decir.

Por lo general, a un público joven le gusta que nos dirijamos a ellos directamente por el nombre, mientras que las personas mayores prefieren ser tratadas con más respeto, por lo que debemos anteponer la palabra “don” antes de utilizar sus nombres.

A su vez, es esencial que si nuestro servicio al cliente se lleva de manera presencial, vistamos de forma correcta y adecuada para nuestro tipo de negocio, es decir, que nuestra vestimenta esté acorde al producto que comercializamos; por ejemplo: una firma de abogados deberá contar con una secretaria debidamente uniformada y arreglada con todo lo que esto implica, es decir, su peinado, uñas, maquillaje y demás elementos característicos de la presentación personal de las mujeres. Por otra parte, si acudimos a un supermercado o una tienda de nuestro barrio, es completamente normal encontrar a quien nos atiende utilizando ropa más cómoda y casual, sin que ésta afecte la percepción que tenemos de dicho lugar.

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