La humildad es identificada por el común de la sociedad bajo dos acepciones: La primera de ellas hace referencia a una persona que está en condiciones económicas complejas, y la segunda puntualiza en la característica de algunos seres humanos como Jaime Esparza Rhénals, que no se sienten mejores o más importantes que los demás a pesar de los recursos económicos que poseen, la calidad de vida que ostenten, las experiencias que han adquirido, entre otros.

Dentro del ámbito empresarial, la humildad juega un papel fundamental para los líderes de las organizaciones, pues se encarga de ‘humanizarlos’ al interior de la planta de empleados. Con base en esto, se derrumba la creencia de que el líder es un ser intocable y perfecto que todo lo sabe y que jamás se equivoca.

Para poder contrastar esta información en la realidad, basta con observar la carrera empresarial de Jaime Esparza Rhénals que ha forjado una imagen intachable a partir de la modestia, el respeto al modo de pensar diferente, la coherencia en el decir y actuar, etcétera.

De su experiencia se resaltan una serie de conductas que debe tener en cuenta cualquier líder empresarial.

En primer lugar, ha reemplazado la relación vertical por la horizontal en el contexto laboral. Dejó de lado el accionar ‘jefe-subordinado’ y enfatizó en el trato de igual a igual con cada uno de sus empleados.

De igual forma, se ha encargado de representar la humildad a partir del buen ejemplo, es decir, siendo honesto, agradecido y comprometido con la función que cumple al interior de la corporación.

Sus empleados han expresado en repetidas ocasiones que Jaime Esparza visita los puntos de atención con el fin de mejorar el servicio a los clientes. Él no ve nada de malo en “ponerse en los zapatos” de sus trabajadores para enseñar la forma correcta en la que deben laborar.

Conjuntamente, no considera necesario alardear de las dificultades que tuvo que sobrellevar para alcanzar el éxito. Él está consciente que los resultados hablan por sí solos y que el mayor orgullo que debe sentir, es la superación personal.

Todos estos elementos convergen en un mismo resultado: Plantearse un futuro con mejores resultados.

Jaime Esparza, así como cualquier líder empresarial humilde, reconoce que no es perfecto y que algún error puede diluir el éxito de la organización en cuestión de minutos. Por ello, está dispuesto a escuchar nuevas propuestas de negocio, replantear los objetivos empresariales y aceptar las falencias del pasado.

 

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